domingo, 12 de octubre de 2014

Cita inicial





Dicen que cada mañana nos trae mil rosas; sí, pero ¿dónde están los pétalos de las rosas de ayer? Hermano: no nos preocupemos por el mañana. Aprovechemos este soplo de vida. Mañana todos abandonaremos esta posada y nos pareceremos a los muertos de hace dicisiete mil años. 
Esta es la frase que aparece en la cita inicial de las Lágrimas de Shiva pero en la novela solo aparece una parte. Es una cita mítica de Omar Khayyam.


Omar Khayyam fue un matemático, astrónomo y poeta, nacido en Nishapur en el año 1048 y murió probablemente en el año 1070. Además de eso, aportó datos muy importantes gracias a sus investigaciones astronómicas (como el calendario Lunar).

Esta cita inicial es bastante conocida y popular gracia a esa frase le da un toque de misterio a la novela. 

Este poema hace referencia al tópico del Carpe Diem, que en latín significa "aprovecha el momento". Fue escrito por el poeta Horacio (65 a.C.­-8 a.C.), en el libro I de las "Odas", en el que aconseja a su amiga Leucone con la frase: "... carpe diem, quam minimum credula postero".

Una posible traducción de la frase sería "... cosecha el día de hoy y confía lo mínimo posible en el mañana".

El significado de Carpe Diem es una invitación a disfrutar del momento, disfrutar de los momentos intensamente sin pensar mucho acerca de lo que depara el futuro.


Poemas que también tratan el tópico del Carpe Diem:

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
 

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
 

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
 

marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.                 Garcilaso de la Vega




Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

Mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén Lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

Goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

No sólo en plata o viola troncada
se vuelva, mas tu y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.   Luis de Góngora
 

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